Recesión Femenina: La caída en escalera de las mujeres en el mercado laboral colombiano

Número: 
1140
Publicado: 
Authors:
Karen García-Rojas,
Paula Herrera,
Natalia Ramírez-Bustamante,
Clasificación JEL: 
D10, E24, J16, J22
Palabras clave: 
Brecha de género, Informalidad, Empleo

Enfoque

La pandemia por Covid-19 es uno de los sucesos más disruptivos que el mundo ha enfrentado en su historia reciente, lo que ha desencadenado una crisis económica generalizada. El impacto negativo en el empleo femenino parece ser una importante característica, que ha llevado a llamarla una "recesión femenina”. A causa de la crisis, y en comparación con los hombres, las mujeres muestran peores resultados en casi todos los indicadores laborales y una mayor carga de trabajo no remunerado. La carga del trabajo doméstico históricamente ha recaído desproporcionadamente sobre las mujeres, lo que tiene un impacto en su productividad, su estatus y estabilidad en el mercado laboral.

El impacto exacerbado de la crisis en el mercado laboral femenino no ha sido una característica de recesiones económicas anteriores.  El efecto negativo en los indicadores laborales femeninos puede explicarse porque, por un lado, las familias se quedan en casa como consecuencia de los aislamientos preventivos y deben articular el empleo remunerado con el trabajo de cuidado y las tareas del hogar. Por otro lado, las mujeres participan en sectores económicos que se han visto muy afectados, como las ventas minoristas, la hostelería y los servicios, cuya recuperación en el corto plazo es poco probable.

Desafortunadamente, lo anterior significa un retroceso en términos de los avances en el cierre de brechas de género, que habían tomado décadas en consolidarse. Las mujeres pierden estatus en el mercado femenino en un proceso de escalera descendente donde una fracción importante de las mujeres con empleos formales, tienen que buscar refugio en mercados laborales informales con empleos más flexibles, los que puedan combinar con el trabajo no remunerado. Otra fracción importante de mujeres, tanto con empleos formales como informales, pierden sus empleos como resultado de la destrucción generalizada de puestos de trabajo. Finalmente, movidas por un desánimo masivo, las mujeres sin empleo dejan de participar en el mercado de trabajo y terminan confinadas al trabajo no remunerado.

Contribución

Hay pocos estudios sobre las consecuencias de la pandemia en los resultados del mercado laboral de las mujeres en países emergentes. Las mujeres en estas economías afrontan mayores dificultades en el mercado laboral que en países del norte global debido a que estas economías son más frágiles, tienen menos estabilidad laboral, y menor cumplimiento de las regulaciones laborales contra la discriminación. Colombia, como la mayoría de los países del Sur Global, tiene un mercado laboral que combina trabajo formal e informal. Por lo tanto, utilizar este país como estudio de caso puede llamar la atención sobre algunos de los desafíos que enfrentan los países emergentes y en desarrollo. Nuestro aporte nos permite ofrecer una visión contrahegemónica de los impactos de esta crisis global y pensar en posibles medidas de mitigación para reducir el impacto negativo que la crisis de salud puede tener sobre las brechas de género que eran grandes desde el inicio. 

Encontramos evidencia de una "caída de escalera" en el mercado laboral femenino en el que las mujeres colombianas pierden su estatus en el mercado laboral y se amplían brechas de género en desempleo, participación e informalidad laboral. 

Resultados

Encontramos evidencia de una "caída de escalera" en el mercado laboral femenino en el que las mujeres colombianas pierden su estatus en el mercado laboral y se amplían brechas de género en desempleo, participación e informalidad laboral. Adicionalmente, las mujeres que permanecen empleadas han experimentado un deterioro en sus condiciones laborales al aumentar la brecha salarial. Este hallazgo representa un retroceso en la lucha por la igualdad de género en el mercado laboral y un retorno de las trabajadoras a la condición de cuidadoras no remuneradas, reforzando los estereotipos de género que indican que los hombres pertenecen al trabajo remunerado y las mujeres son relegadas al trabajo doméstico.