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En Colombia y otros países se han hecho esfuerzos por independizar el manejo de la política monetaria y cambiaria respecto de las decisiones del Ejecutivo y del ciclo electoral. Hay una literatura amplia que plantea que este tipo de esfuerzos redundan en beneficios derivados del hecho de que la inflación se reduce (Cukierman, 1992) al permitirse cae en la definición de la política de estabilización las autoridades carezcan de incentivos expansionistas que si tiene el gobierno. Para efectos analíticos los beneficios de reducir la inflación se pueden dividir en dos tipos no excluyentes de efectos. Primero, el efecto que una tasa de inflación menor-a través de diversos tipos de mecanismos de transmisión - tiene sobre la tasa de crecimiento de la economía a largo plazo. Segundo, el efecto de la menor inflación sobre el bienestar de la población, haciendo abstracción del crecimiento mismo. Este último efecto tiene que ver con el hecho de que la inflación castiga el flujo de servicios que prestan el dinero y los activos financieros no indexados. En este trabajo se presenta una discusión sobre los costos a largo plazo de la inflación que hace abstracción de cualquier efecto sobre la tasa de crecimiento y se concentra en la comparación de estados estacionarios alternativos en los cuales la única diferencia "exógena" es el ritmo inflacionario. El modelo implica que la tasa de inflación específica que se elija provoca ajustes en la escogencia del portafolio, los cuales, dada una función convencional de utilidad, tienen efectos de bienestar cuya magnitud depende de los parámetros estimados. El trabajo parte la maximación de una función de bienestar sujeta a restricciones intertemporales de portafolio similar a la estudiada por Eckstein y Leiderman. (1992).