Este documento analiza la informalidad laboral urbana en Colombia, destacando su relación con el nivel educativo, las desigualdades de género y las brechas regionales. Utilizando datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) para las veintitrés principales áreas metropolitanas entre 2010 y 2023, se estiman las probabilidades de informalidad mediante un modelo probit con variable endógena, que permite abordar la relación entre la educación y la informalidad laboral empleando variables instrumentales. Los resultados muestran que cada año adicional de educación está asociado con una disminución de más de dos puntos porcentuales en la probabilidad de ser informal. El análisis también revela diferencias significativas entre hombres y mujeres, con una mayor incidencia de informalidad en las mujeres, especialmente en las regiones Caribe y Pacífica, que enfrentan condiciones económicas más precarias. A pesar de las mejoras en la formalización observadas en los últimos años, las brechas de género y región persisten, destacando la desigualdad estructural en el acceso a empleos formales. Estos hallazgos subrayan la importancia de implementar políticas públicas que promuevan la formalización del empleo, reduzcan las desigualdades de género y aborden las disparidades regionales, fomentando la inclusión laboral en las áreas más afectadas del país.
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Enfoque
La importancia de este estudio radica en la necesidad de comprender la relación entre la informalidad laboral, la educación, las desigualdades de género y las disparidades regionales en Colombia. La informalidad es un fenómeno que impacta la estabilidad fiscal, limita las redes de seguridad social y perpetúa la pobreza y la desigualdad en los ingresos, representando uno de los principales desafíos estructurales de las economías en desarrollo. Además, las desigualdades de género y las disparidades regionales añaden complejidad al fenómeno, ya que reflejan barreras persistentes en el acceso a empleos formales. Comprender las causas y las características de la informalidad resulta esencial para diseñar políticas públicas que promuevan la inclusión laboral y la equidad en un país donde estos problemas han mostrado una alta persistencia en el tiempo.
Contribución
Este documento aporta evidencia para el conocimiento de la informalidad en Colombia empleando un enfoque integral y metodológicamente robusto para abordar un fenómeno complejo. En primer lugar, el trabajo analiza la informalidad laboral en las áreas urbanas del país desde múltiples dimensiones, incluyendo la educación, el género y las disparidades regionales, lo que permite una comprensión más completa de las dinámicas subyacentes. En segundo lugar, emplea un modelo econométrico probit con variable endógena, incorporando variables instrumentales para estudiar la relación entre la educación y la informalidad, superando problemas de endogeneidad presentes en otros estudios. Adicionalmente, destaca la heterogeneidad regional de la informalidad y su relación con las brechas de género, aportando evidencia empírica sobre las diferencias estructurales entre regiones y grupos poblacionales.
Dado que la educación está estrechamente relacionada con otros determinantes del empleo informal, este estudio modela su comportamiento para evaluar su impacto en las tasas de informalidad, reconociendo que una mejora en el nivel educativo podría influir positivamente en la productividad y la formalización del empleo.
Resultados
La informalidad laboral urbana es más acentuada en las áreas metropolitanas menos prósperas, generalmente ubicadas en la periferia del país. La incidencia de este indicador del mercado laboral ha mostrado avances en cuanto a su reducción en gran parte del país, sin embargo, seguimos con registros por encima de varias economías latinoamericanas. Este fenómeno se observa con mayor frecuencia entre las mujeres, los jóvenes, los adultos mayores y las personas con menor nivel educativo, así como en las pequeñas empresas y en las regiones menos prósperas. Estos grupos poblacionales y entidades tienden a estar vinculados a sectores que, en promedio, presentan menores niveles de productividad. Dado que la educación está estrechamente relacionada con otros determinantes del empleo informal, este estudio modela su comportamiento para evaluar su impacto en las tasas de informalidad, reconociendo que una mejora en el nivel educativo podría influir positivamente en la productividad y la formalización del empleo. Los resultados muestran que cada año adicional de educación se asocia con una disminución de algo más de dos puntos porcentuales en la incidencia de la informalidad urbana.