Este ESPE examina las causas y consecuencias de la informalidad laboral y empresarial en Colombia. Se destacan diferencias notables en la tasa de informalidad, las cuales varían según región, nivel educativo y aspectos demográficos. En el ámbito empresarial, el tamaño de la empresa incide sobre el acceso a los mecanismos de formalización. Además, se analizan los factores estructurales que inciden sobre la informalidad laboral, como el salario mínimo, los impuestos a la nómina, rigideces en la legislación laboral y los costos de registro empresarial. Se exploran los efectos macroeconómicos de la informalidad usando modelos de equilibrio general, en donde se resalta que la informalidad exacerba la volatilidad del PIB y sus componentes, reduce la productividad agregada de la economía y la efectividad de la política monetaria. También se evalúa el efecto agregado de una disminución en los impuestos a la nómina, encontrando que esta promovería la creación de empleo formal y un mayor crecimiento económico de largo plazo. Finalmente, se presentan recomendaciones clave de política para reducir la informalidad, contribuyendo al debate sobre sus causas y efectos en la economía colombiana.
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Enfoque
El mercado laboral colombiano se caracteriza por una alta y persistente informalidad tanto laboral como empresarial, un fenómeno común en muchos países en desarrollo. Según la Gran encuesta integrada de hogares (GEIH), la tasa de informalidad laboral en 2023 fue del 56 % para el agregado nacional y del 43 % para las principales áreas urbanas. Sin embargo, se debe resaltar que Colombia ha experimentado avances importantes en su reducción desde 2010.
La informalidad tiene múltiples causas. Desde el lado de la oferta laboral, se destacan factores como el bajo nivel educativo, bajos ingresos y la preferencia por trabajos más flexibles. En cuanto a la demanda, la falta de complejidad económica y baja productividad de las firmas fomenta que muchas operen informalmente. Desde el punto de vista regulatorio, la rigidez en la legislación laboral, los altos costos de formalización y la falta de supervisión contribuyen a perpetuar este problema.
Uno de los principales retos al momento de diseñar políticas públicas para reducir la informalidad es que este fenómeno tiene tanto consecuencias positivas como negativas para los actores del mercado laboral. Por un lado, les permite a los trabajadores acceder rápidamente al mercado laboral sin caer en el desempleo o inactividad, generar ingresos, e incluso puede ser rentable para algunos, dadas sus habilidades, preferencias y otras fuentes de ingreso. Por otra parte, para las empresas les puede representar una reducción en costos operativos, ya que no cumplen con el pago de impuestos ni de registro mercantil. Sin embargo, desde el punto de vista social, los costos asociados con la informalidad son más elevados: trabajadores con protección social limitada, empresas menos productivas y un Estado con menor capacidad para recaudar impuestos y proveer bienes públicos. Esto genera una asignación ineficiente de los recursos, lo que afecta el crecimiento económico del país.
Contribución
Esta edición de ESPE analiza los determinantes y consecuencias de la informalidad laboral y empresarial en Colombia, partiendo de la estimación de su prevalencia en las principales ciudades y proponiendo un método indirecto de estimación para todos los municipios del país, dadas las dificultades de medición en áreas en donde no hay información estadística representativa. Asimismo, destaca las diferencias significativas en los mercados laborales locales, con niveles de informalidad que varían entre el 30 % y el 70 % entre ciudades capitales. Más adelante, se examinan los factores estructurales que afectan la informalidad, como el salario mínimo, los impuestos a la nómina, la rigidez de la legislación laboral y los costos de registro de las empresas y se ahonda en el papel que pueden desempeñar las políticas sociales en reducir o aumentar la informalidad. Adicionalmente, se provee evidencia sobre los efectos macroeconómicos de corto y largo plazo de la informalidad mediante el uso de modelos de equilibrio general, encontrando que un sector informal amplio exacerba la volatilidad del producto interno bruto (PIB), el consumo y la inversión. Además, se encuentra que en una economía con costos laborales más flexibles, en donde una amplia proporción de la mano de obra es de alto nivel educativo con acceso al mercado laboral formal y a mercados financieros y una baja proporción de trabajadores está sujeto al salario mínimo, la transmisión de la política monetaria es más efectiva, lo que indica que es menos costoso para el país reducir la inflación en términos de sacrificio del PIB. En el largo plazo, se estudia el efecto de una reducción de impuestos a la nómina sobre la economía, encontrando que esta política promueve el aumento del empleo formal y la reducción del empleo informal, genera ganancias en la productividad total y favorece el crecimiento económico. Finalmente, el documento resume las lecciones y recomendaciones de política, contribuyendo así al debate público sobre las causas y efectos de la informalidad.
“… los costos asociados con la informalidad son elevados: trabajadores con protección social limitada, empresas menos productivas y un Estado con menor capacidad para recaudar impuestos y proveer bienes públicos. Esto genera una asignación ineficiente de los recursos, lo que afecta el crecimiento económico del país.”
Resultados
El estudio encuentra que la informalidad laboral en Colombia está marcada por disparidades regionales y educativas. Mientras que las regiones con economías más desarrolladas (las cuales generan mayor valor agregado) tienen menores tasas de informalidad, las menos desarrolladas enfrentan niveles más altos. Además, se resalta que las personas con menor educación y que trabajan en empresas pequeñas son más propensas a empleos informales, lo cual perpetúa un ciclo de precariedad.
En términos de diferencias de género, tras la pandemia y con el incremento del teletrabajo, las mujeres se han visto favorecidas al tener acceso a nuevas herramientas de aprendizaje virtual que facilitan e impulsan su desarrollo profesional, mejorando así su acceso a empleos formales. La combinación de estos factores, junto con las menores tasas de fecundidad observadas en el país, potencialmente ha contribuido a una reducción en la tasa de informalidad para las mujeres en comparación con los hombres en el periodo posterior a la pandemia, acompañado de un incremento en la participación laboral femenina y su ocupación formal.
El salario mínimo, cuando es elevado con relación a la productividad de los trabajadores en ciertos grupos demográficos, aumenta la informalidad, especialmente entre jóvenes y personas con baja formación, ya que incrementa los costos laborales para las empresas. Por otra parte, políticas públicas, como la Ley de Primer Empleo de 2010 y la Reforma Tributaria de 2012, pueden ser útiles para enfrentar este fenómeno. También, el Decreto 2616 de 2013 permitió la formalización de trabajadores a tiempo parcial, y programas como Familias en Acción han favorecido indirectamente a la formalidad a largo plazo.
Por último, la informalidad genera altos costos a nivel agregado al reducir la productividad y generar inestabilidad de los componentes del PIB, como el consumo y la inversión. En el ámbito empresarial, las empresas pequeñas enfrentan barreras significativas para formalizarse, lo que afecta su productividad y crecimiento. Todos estos aspectos inciden sobre el desarrollo económico del país.